domingo, 14 de marzo de 2010

Un sueño

En realidad no era guapo, pero a sus 19 años Noel contaba con todos los requisitos que una soñadora quinceañera buscaba en cualquier hombre: Apuesto, seguro de sí mismo, bien vestido, fisicamente atractivo, caballeroso, con ese olor a jaboncito que enamoraba, como decía Danaé.

Cuando ella lo conoció no tenía duda alguna que era el principe azul que siempre había esperado. Se conocieron en la preparatoria, Danaé acababa de entrar a la Escuela, y Noel, como buen cazador ya en el último grado, de entre todas las chicas nuevas, el destino lo cruzó con Danaé.

Ella estaba interesada en un chico del salón de Noel, y él interesado en una chica del salón de ella. Hicieron un trato para pasarse información de sus respectivos compañeros de clases a interes de ellos mismos. Y allí empezó todo.

Casi siempre estaban juntos, hablando de sus "amores imposibles", se volvieron buenos amigos, compartían el desayuno, y él cómo todo caballero siempre la trataba con mucho cariño y ternura. Era común verlos juntos, así es que todos sus amigos empezaron a rumorar que había entre ellos algo más que una simple amistad. Y cuando les preguntaban, ellos aceptaban, se abrazaban y reían, así poco a poco crearon una relación ficticia.

Él por ser del último grado era conocido en toda la escuela, y ella se hizo conocer por su desempeño escolar. A Danaé sus amigas le advirtieron que él era un mujeriego, y que no era un chico de fiar. Pero ella decía que solo eran amigos, que todo era una treta y nada más.

Noel, siempre andaba acompañado de sus amigos, y Danaé... sola. Ella era humilde, vestía siempre sencilla, y al natural, no se maquillaba y siempre usaba su cola de caballo relamida con todo su cabello lacio, faltaban sólo algunos meses para que cumpliera sus quince años. Solo una vez había tenido novio, y fue un amor de verano que no duró más de un mes, de esos amores a escondidas e inocentes. Obviamente Noel le parecía todo un hombre en la extensión de la palabra, con quien se sentia protegida y querida. Y aunque Noel tenía un cariño especial por ella, no se le olvidaba esa atracción que sentía por su amiga.

Cierto día se celebró una fiesta a la que los dos fueron invitados. Ese mismo dìa Danaé decidió transformarse, de una niña, a convertirse en una mujer sensual y muy guapa; se hizo un nuevo corte de cabello, se compró ropa un tanto sensual y provocativa, se maquilló y con tacones y bolsa en mano, se encaminó a la fiesta... Cuando la mirada de Noel descubrió a aquella Danaé convertida en toda una señorita, toda su visión sobre ella cambió, su cara de asombro no se podía ocultar; al verla enseguida se encaminó ante ella, y con una sonrisa mutua se saludaron.

-¡Estás hermosa...!- Fué lo único que atinó a decír Noel, y Danaé solo le contestó con una sonrisa.

-¡Creo que me acabo de enamorar!- Sonrió coquetamente él.

-¿Enamorar?... ¿pues que no estás enamorado ya, de mi compañera de salón?- Preguntó pícaramente Danaé.

-No... Ya no...

Esa noche se la pasaron platicando de una y mil tonterias... de esas cosas que se platican los enamorados, y que sirven para tener una sonrisa en la boca todo el tiempo.

Justo cuando Danaé se despedía, Noel la acompañó a la salida y tomandole la mano, le confesó:

-Danaé, ¡me encantas! Creo que en todo este tiempo a tu lado, queriendo luchar por alguien que está muy lejos de mí, me he ido enamorando de ti; y sé que soy correspondido... ¡¡¿verdad?!!... ¿Quiero saber sí... aceptarías ser mi novia?...

Danaé no supo que decir, en efecto, ella ya estaba también completamente enamorada de él, pero también sabía que él era todo un Don Juan, y ella sólo una pobre niña inocente a su lado. Así es que soltandole la mano, y siguiendo su camino solo alcanzó a decirle...

-¡Estas loco!-

Los días pasaron y Noel continuó insistiendo en aquella relación. A Danaé le encantaba la idea, pero seguía teniendo cierta desconfianza, sabía que el tiempo aclararía todas sus dudas. Pero de algo estaba segura: Él era el principe azul que había esperado. Cada día que pasaba a su lado vivía los momento más hermosos de su vida. Algunas veces, él la abrazaba en frente de los demás y a cada persona que pasaba le decía: -"Ella es mi novia, verdad que esta hermosa...???". Una vez, cuando Danaé estaba en examenes, el se subió al segundo piso, hasta llegar a la ventana donde estaba ella, y le ayudó a responder su exámen, mientras sus amigos entretenían al profesor. Otra vez, él junto con sus amigos, se pusieron a cantarle "serenata", justo cuando ella estaba a media clase exponiendo un tema, cosa que él poco le importó y junto con sus amigos, gritaban a todo pulmón: "Lloré, y lloré y jure que no iba a perderte, trate y trate de enterrar este amor, tantas veces... y mis lágrimas fueron en vano, al final yo te amé demasiado, como yo... como yo, nadie te ha amado..."

Aunque Noel seguía insistiendo, ella tenía dudas, y tomaba sus incinuaciones como un juego de él. Pués a pesar de todo, él seguía mostrando cierto interes por su compañera de clase frente a ella, y aunque él le mostraba amor a todas luces, los rumores de que a él solo le gustaba jugar con las chicas, no se le borraba de la cabeza.

Un día, mientras Danaé se encontraba en una tardeada, se aparecieron Noel y sus amigos. Cuando él se acerco a saludarla, Danaé inmediatamente se dió cuenta de que estaba un poco tomado...

-Hueles a alcohol ¿Que tomaste?

-Pues sí, tuve que tomarme unas copas, por que tú no me pelas!

-Ay por favor! No digas tonterias.

-No son tonterias, ya me canse de que ignores mis sentimientos.

-Te he dicho bien que eres correspondido, pues yo de igual manera te quiero mucho, pero por ahora creo que debemos conocernos un poco más.

-Pues yo ya estoy cansado de conocernos...

-De que otra manera quieres que te demuestre lo mucho que te amo ¡¿que mas quieres que haga?!

- No tiene que demostrarlo se que me quieres... y yo, te amo!

-Entonces... Quiero que seas mi novia... te amo, y no puedo esperar más.

Y asi sin más, empezó a besarla; y aunque Danaé al principio puso resistencia, poco a poco, cedió. Y entre besos y caricias, él le dijo que había tenido que tomarse unas copas, para tener el valor de hacer lo que acababa de hacer, que tenía miedo a su rechazo pero no soportaba más vivir sin sus besos, sin su calor. Danaé le confesó todos sus sentimientos, y se juraron amor eterno.

Sin darse cuenta, estaban en un lugar solitario, en donde solo existían su amor, y ellos. Después de tanto esperar, Danaé no tenía dudas que él era el hombre correcto. Había pasado casi un año, después de aquella primera confesión de amor de Noel, y ahora estaban ahí amandose sin condición. Se besaron, se tocaron, se amaron una y otra vez, prometiendose un amor infinito, que jamás tendría final.

...

Al día siguiente Danaé emocionada fué a buscar a su novio, su nuevo novio hasta su salón. Sus amigos le dijeron que no había ido a clases, intento llamarle a su celular, pero nadie contestó. Un poco desconcertada, Danaé decidió esperar al día siguiente para saber algo de su amor, pero llegó el siguiente día, y la misma historia se volvió a repetir... Una semana pasó sin saber de Noel.

El lunes siguiente mientras caminaba por el pasillo de la escuela, vió a lo lejos que Noel se despedía de sus amigos y se dirigía hacia el porton trasero de la escuela. Sin importarle nada, Danaé corrió con toda la fuerza que sus piernas le permitían, y gritó... una, dos... tres veces su nombre, pero él no volteó. Cuando llegó hasta donde se encontraban sus amigos, ellos la detuvieron...

-Tranquila mujer... es mejor que no insistas.

Si entender nada, Danaé pregunto:

-Pero, ¿Que pasa? ¿que les dijo?¿por que no había venido?

De entre el grupo de amigos, había un chico -Alejandro- quien tenía mejor amistad con Danaé, y él fué quien se atrevió a decirle:

-linda... esto no nos corresponde a nosotros decirlo, pero por mi parte, creo que debes saberlo... Noel no quiere nada contigo, sólo era un juego; y el juego terminó.

Los ojos se le empañaron de lágrimas a Danaé quien no daba credito a lo que estaba oyendo.

-Así es Noel... Tu fuiste un reto muy grande para él, pero tarde o temprano tenías que caer, y lo hiciste, ahora no esperes nada más de él. Él ha venido todos los días a la escuela, solo que no quiere hablar contigo... ni hablará.

Soltandose de Alejandro quien la sujetaba del brazo, Danaé hechó a correr en busca de Noel, buscando una explicación justa... y la encontró.

-Noel!

Aunque quizó disimular, ya era muy tarde para escabullirse de nuevo de Danaé, así es que volteó y la enfrentó.

-¡¿Que quieres?¡

-¿Que pasa? ¿por que no habías venido?- Preguntó Danaé queriendo olvidar lo antes mencionado por sus amigos.

-Es que tenía cosas que hacer, ¿Algo mas?... Estoy algo retrasado, tengo que hacer unas cosas...

-Pero, y ¿nosotros?

-¿Nosotros?- interrumpió Noel -Disculpame, pero no hay ningun nosotros, tu habías dicho que no querías nada conmigo ¿no?...

-Pero y lo que paso en la tardeada?

-Disculpame, pero eso fué una tontería, yo estaba tomado y no recuerdo bien ni que paso. Además, no estaba en mis cavales, así es que... olvida todo lo que pude haber dicho ese día.

Danaé no aguantó más, y finas lágrimas de cristal brotaron de sus ojos.

-No es posible!... No es cierto!

-Mira, solo quiero que quede claro que entre tu y yo, no hay nada, no quiero que me vuelvas a molestar con eso, estoy en mi último grado y no quiero tener distracciones que no me dejarán nada bueno. Sólo dime si me seguiras ayudando a conquistar a tu amiga...

Antes que terminara, el dolor que sentía Danaé en esos instantes, se volvió un odio infinito y le soltó tremenda cachetada a Noel, callandole las palabras, y dejandole en claro, que en efecto, ahí no había nada.

Noel volteó y con un gesto de sonrisa en la cara fijó su mirada en Danaé, mostrandole lo que en realidad era, un malnacido sin corazón, y la dejó ahí, con sus trizas de corazón, con el llanto en la garganta, masticando su dolor, demostrandole que en realidad, todo había sido un sueño... y ya había llegado a su fín.